Este proyecto se inicia con una casa de la que salen hilos metálicos que recorren la pared –dibujando en el aire– y nos dirigen a distintos caminos o trayectos planteando diferentes formas de contemplación que conducen a universos fragmentados. Son obras realizadas en metacrilato, cartón o papel en las que los cortes, surcos u óvalos aparecen suspendidos, grabados o enrollados. Siluetas que sugieren tentetiesos, nidos, crisálidas, peonzas, rostros…, dibujadas con múltiples líneas blancas, como hilos en el aire, que apresan, enrollan o agarran.
Le doy gran importancia a la luz, una luz centrada en las obras dejando grandes espacios en penumbra. Una luz que dibuja sombras, que cambian a su vez con el movimiento de la luz. Una luz que deja un rastro, marca un camino, crea una atmósfera…